sábado, julio 22, 2006

viajes

Antonio Murado

A veces se me antojaba el fondo de una sartén de esas que había en casa cuando yo era pequeña o aquella “carmela” que compré para tostar el pan en mi piso de estudiantes en Madrid.
Como la imaginación es libre en esto del arte contemporáneo y para mí lo importante es la sensación que me trasmite un lienzo sin buscar otra respuesta a lo incomprensible para muchos, a veces veía la inmensidad del universo. Entonces en pocas ocasiones podía ver el cielo limpio lleno de estrellas, pero era un ejercicio de humildad, de estos que de vez en cuando viene bien hacer para limpiar el alma, para darme cuenta que no soy el ombligo del mundo y que mis problemas, si se les puede llamar así, apenas son una insignificancia en la inmensidad.
Sigo haciendo viajes siderales, esta vez bajo el cielo limpio, inmenso en lo que alcanza mi vista y mi entendimiento.

martes, julio 18, 2006

tristura

O blanco o negro, no se admite la gama de colores. Lo absurdo se me hace impertinente e incomprensible. De verdad que no me entiendo.

torpeza

Tengo tanta prisa por vivir que se me escapan los detalles y, como las prisas nunca fueron buenas, antes o después me daré el tropezón del siglo, si no soy yo misma con alguna piedrita, hay quien, seguro, me ayudará con un empujoncito o poniéndome la zancadilla.
Llevo unos días inmersa en un estado de pasividad, las que me provocan las prisas que pasan factura un día con un cansancio mortal que me hace entrar en una dinámica torpe, sin ganas de hacer nada, pero como la cabeza no para de girar amanece con un eterno bucle sin principio ni final y lo que es peor, sin resultados.
Me he regalado un paseo por la orilla del mar. Esta vez mis pensamientos han podido salir hacia alguna parte y basándome en la fragilidad de las cosas, pienso que voy a cuidar mucho lo que tengo porque merece la pena y si me caigo que sea por mi propia torpeza, no por la de los demás.

domingo, julio 16, 2006

girando

Tan difícil encontrarte en un mundo desigual que gira veloz, vertiginoso. Pensaba que podía ahogar mis miedos en una margarita, dejando mi huella en un cristal. Sigo teniendo vértigo, sigo siendo yo.