martes, julio 18, 2006

torpeza

Tengo tanta prisa por vivir que se me escapan los detalles y, como las prisas nunca fueron buenas, antes o después me daré el tropezón del siglo, si no soy yo misma con alguna piedrita, hay quien, seguro, me ayudará con un empujoncito o poniéndome la zancadilla.
Llevo unos días inmersa en un estado de pasividad, las que me provocan las prisas que pasan factura un día con un cansancio mortal que me hace entrar en una dinámica torpe, sin ganas de hacer nada, pero como la cabeza no para de girar amanece con un eterno bucle sin principio ni final y lo que es peor, sin resultados.
Me he regalado un paseo por la orilla del mar. Esta vez mis pensamientos han podido salir hacia alguna parte y basándome en la fragilidad de las cosas, pienso que voy a cuidar mucho lo que tengo porque merece la pena y si me caigo que sea por mi propia torpeza, no por la de los demás.

2 Comments:

Blogger Zapatos de tacón said...

Sigue siendo tu misma y conseguirás lo que te propongas y todo aquello que moleste, como esas pidrecillas de las que hablas, desaparecerán.

Besos

10:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Prisas, velocidad y sueño.

Sueño por encajar.

Un esfuerzo. Darse a los demás. Nadie lo pide. Del que lo hace, desconfío. O bien tiene mas cara que espalda o está apunto de colapsar. Dilema del saber estar.

La gente valora el cariño, éste no es máxima dificultad.
No requiere desvivirse, solo calma y saber estar, con uno mismo. Con los demás.

Si mañana no lo consigo, pasado será mi hogar.

Fuerza y Ánimo!!. y Cariño.

3:10 p. m.  

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